Si crees que el peso es una elección y que solo es cuestión de no tener “fuerza de voluntad”, si crees que las personas que tienen cuerpos más gordos es porque comen mucho, comen mucha comida basura, no se mueven, no se preocupan por su salud y “pasan de todo” debo decirte que todo esto son prejuicios gordofóbicos. Y que no, no todas las personas con cuerpos gordos cumplen alguna o todas estas premisas y muchas personas con cuerpos delgados sí las cumplen, y de ellas no nos molestan sus hábitos.
Debo decirte antes de nada, que de los 136 factores que influyen en nuestro peso, solo una tercera parte son modificables. Por lo que no, el peso no es algo que se pueda elegir a la carta, ni todas las personas que tienen cuerpos delgados tienen mejores hábitos que las que tienen cuerpos más gorods.
Por otro lado, y ya centrándonos solo en los hábitos alimentarios, desde que nacemos, nuestro entorno nos predispone a tener ciertos hábitos alimentarios: desde las papillas de cereales extra dulces que en pediatría se le pautan a los bebés mañana y noche o las galletas de las papillas de la merienda, que ya van modulando nuestras preferencias alimentarias; pasando por los “premios” dulces que nos dan constantemente en la infancia que hacen que en la edad adulta cada vez que nos sentimos ansiedad/estrés/tristeza/enfado… busquemos ese “premio” dulce que nos reconforta; los regalitos por la compra de productos de bajo perfil nutricional; el uso de personajes de dibujos animados en las cajas; la publicidad de comida de bajo perfil nutricional que bombardea los medios en horario infantil; las bolsas de chuches cada vez que alguien está de cumpleaños, el día “de las galletas” en el calendario de meriendas de los centros educativos infantiles; las tiendas de chuches rodeando centros educativos y parques infantiles; las máquinas expendedoras de comida de bajo perfil nutricional en colegios, hospitales y en muchos trabajos; la bollería gratis con el café en el bar; la laxa legislación sobre el etiquetado y publicidad de alimentos que hace que acabes creyendo que es más interesante nutricionalmente desayunar o cenar unos cereales Special K; el uso de sellos de sociedades sanitarias en productos de bajo perfil nutricional; los menús de los centros educativos con un uso cotidiano de patatas fritas congeladas prefritas en grasas hidrogenadas, carnes procesadas y postres dulces; los menús del día donde es misión imposible encontrar una verdura o una simple fruta fresca de postre; las cajas de bollería del supermercado que son más baratas que la fruta; la vista gorda que hacen los gobiernos a la hora de no legislar de forma firme aunque esto perjudique a los intereses de la industria alimentaria; comunidad científica que no consigue financiación para sus estudios sobre la relación entre mejoras en los estilos de vida y su repercusión en la salud porque no están asociados a la venta de ningún producto ni fármaco; la proliferación de empresas que juegan con la vulnerabilidad de las personas con cuerpos gordos y les venden productos o dietas milagro promoviendo unos peores hábitos, la falta de dietistas-nutricionistas en el sistema sanitario que hace que para recibir el asesoramiento especializado se lo tenga que pagar de su bolsillo (quien pueda)…
Podría seguir pero no acabaría la lista nunca y eso que no me he parado a pensar mucho…
Luego se suman todo tipo de circunstancias personales, médicas (enfermedades o ciertos tratamientos) y psicológicas que nos condicionan la manera en la que comemos: ansiedad, depresión, baja autoestima, presión por no pertenecer a los irreales cánones de belleza… Haber hecho dietas, que es un factor que predice un aumento de peso futuro y un empeoramiento de la relación con la comida y de los hábitos alimentarios. Y muy especialmente, haber sufrido el estigma de peso, ya que este se relaciona con unos peores hábitos alimentarios y peor salud mental.
¿Sigues pensando que el peso es una elección?
Si piensas así, te pido que te hagas una pregunta. ¿Qué persona elegiría tener un cuerpo gordo en una sociedad gordofóbica? ¿Qué persona elegiría formar parte del grupo discriminado?
Así que si gozas de los privilegios de un cuerpo delgado o bien es porque tienes que nadar toda tu vida “a contracorriente” o porque has tenido suerte, simplemente, y quizás la suerte no te acompañe siempre, así que piénsatelo dos veces a la hora de juzgar otros cuerpos o resolverlo todo con la frase tan simplona de “pues come menos y muévete más” y empieza a entender que la responsabilidad mayoritaria del problema no es individual.
Te dejo una reflexión final: El peso medio de la población ha aumentado en las últimas décadas. ¿Crees que es porque la gente ahora tiene menos fuerza de voluntad que antes o porque está menos informada que antes? ¿Crees que señalando a las personas que sufren los prejuicios de la gordofobia cada día ayuda a su salud les estás ayudando en algún sentido?
¡Estupendo artículo! Yo no tenía problemas cuando comía en casa de mi madre comida casera, pero al irme a vivir sola y empezar a abusar de comida precocinada, junto con una vida sedentaria, ahora estoy en sobrepeso grado I.
A tu excelente lista de condicionantes, yo añadiría también el tema de las intolerancias, cada vez más frecuentes (harían falta estudios en esta materia para determinar las verdaderas causas) y que en algunos casos desequilibran los ya de por sí desequilibrados nutrientes (por ejemplo, la falta de vitaminas si encima tienes intolerancia a la fructosa) o te “obligan” o tomar determinados alimentos en lugar de otros (yogures de soja -con muchísimo azúcar- en lugar de yogur natural, en casos de intolerancia a la lactosa).
En fin, que muchas gracias por mantenernos bien informados. ¡Somos lo que comemos!
La gran mentira de este siglo: “El sobrepeso no se elige”
Claro que se elije, cada día, cada minuto, cada segundo…y TODOS lo saben. Hace 50 u 80 años podía haber desconocimiento, hoy TODO EL MUNDO sabe si está comiendo lo que debe en cada momento, si abusa de la comida basura y sabe si está engordando. Una enfermedad te despiertas un día y te la encuentras , pero no te levantas un día y tienes 20 kg de más. El ser humano es irresponsable y le importa un comino su salud y come durante CIENTOS DE DÍAS mal sabiendo lo que está haciendo hasta que un día ve que no encuentra pareja, se amarga, no le sirve la ropa, no se puede mover o no se ve ni los pies….es más fácil decir que tiene una enfermedad, ¿verdad?….con los años la obesidad no se convierte en enfermedad sino, en ENFERMEDADES…..LA OBESIDAD NO ES UNA ENFERMEDAD, TU ELIJES …