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Café y lácteos

El café natural (salvo condiciones muy concretas) puede formar parte de la alimentación habitual. Es una infusión rica en sustancias antioxidantes que puede aportar beneficios para la salud. Si queremos mejorar nuestra alimentación podemos fijarnos en otras cosas, más que en consumir café o no, por ejemplo:

¿Consumo café natural o de mezcla?

Reducir muy poco a poco la candidad de endulzante que le añadimos, siempre de una forma que nos siga gustando mientras nos vamos acostumbrando a un sabor un poco menos dulce.

Si el café lo tomo en el bar y me tomo el trocito de dulce que me ponen, puedo hacerme la pregunta de si me lo tomo porque a esa hora tengo hambre y lo tengo accesible, pero sin especial antojo de comer eso en concreto o si lo como porque me apetece justo eso. En el primer caso, podría valorar, por ejemplo, comer algo antes de ir a la cafetería o pedir por ejemplo una tostada con aceite de oliva… Otra opción a considerar es si me lo como en automático porque pienso que es “algo que no debo comer por cómo es mi cuerpo” y esa creencia me aumenta mi necesidad de comerlo cuando lo tengo delante, me apetezca o no, con cierta ansiedad. En este caso, podría trabajar la mentalidad dieta y la relación que tengo con la comida y con mi cuerpo.

Si tengo dificultades para conciliar el sueño mejor no tomarlo (salvo descafeinado) a partir de la tarde.

Si tengo problemas digestivos, tengo que valorar tolerancia.

Puedes escuchar la entrevista al completo del programa A revista (Televisión de Galicia) aquí

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