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Hipercolesterolemia o colesterol elevado

La hipercolesterolemia es una elevación de la cantidad de colesterol en sangre hasta unos valores por encima de lo que se considera normal. El valor en el nivel de colesterol en sangre a partir del cual se considera patológico es 250mg/dL y esto conlleva un riesgo cardiovascular.

Complicaciones de la hipercolesterolemia

La hipercolesterolemia, junto a la hipertensión y el tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo de cardiopatía isquémica (infarto de miocardio).

La consecuencia más importante de presentar un exceso de colesterol en sangre es el desarrollo de enfermedad coronaria, y esta incide sobre la población que consume mayor cantidad de grasas saturadas y colesterol y tiene  niveles séricos de colesterol elevados.

La hipercolesterolemia esta ligada a la arteriosclerosis, que es una alteración degenerativa producida en las arterias, por acumulación de colesterol, proteínas y sales de calcio en las paredes arteriales, formando las placas de ateroma que pueden llegar a obstruir el vaso y, al no llegar riego sanguíneo, no se oxigenan los tejidos y órganos correspondientes.

Si la falta de riego afecta a las arterias coronarias, que se encargan de oxigenar el corazón se puede originar angina de pecho o infarto de miocardio. Si se produce en las arterias cerebrales, son frecuentes las hemorragias y las trombosis cerebrales. Cuando la localización es en las extremidades, puede llegar a producirse la gangrena de un miembro.

Otra consecuencia grave de la aterosclerosis es la dilatación de la arteria aorta o aneurisma, que puede llegar a desembocar en una ruptura de la pared de la arteria. Además, el colesterol que circula en exceso por el torrente sanguíneo puede depositarse en diversas zonas del organismo, como la córnea, la piel, o los párpados.

Tratamiento de la hipercolesterolemia

En todos los pacientes con un colesterol superior a 200mg/dL, independientemente de su riesgo coronario, debe intentarse la modificación de los hábitos de vida y de la alimentación.

El tratamiento de la hipercolesterolemia debe combinar las medidas dietéticas y el tratamiento farmacológico, si fuese necesario. Será individualizado para cada persona, ya que se deben tener en cuenta otros factores de riesgo, así como posibles patologías asociadas.

Se debe establecer una dieta equilibrada para alcanzar y mantener el peso saludable. Esta dieta será individualizada y, para asegurar su cumplimiento, deben implicarse tanto el dietista-nutricionista como el paciente, así como la propia familia del enfermo.

Debe ser baja en alimentos ricos en grasas saturadas y colesterol, alta en fibra, en grasas instaturadas y antioxidantes.

Se evalúan también otros factores de riesgo que sean modificables (tabaco, sedentarismo).

Es preciso esperar un lapso de tiempo de al menos tres meses para evaluar los resultados después de realizar los cambios en el estilo de vida y en la dieta.