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Consumidor: Te toman por tonto

El otro día un producto llamó mi atención en el supermercado, y no para bien. El producto en cuestión es simplemente un ejemplo  que me srive para describiros cómo muchas empresas alimentarias nos toman el pelo descaradamente con la publicidad, algo especialmente grave si se trata de supuestamente  “productos infantiles”.

¿Qué nos venden que son los Vap´s?

Si nos dejamos llevar por la información que emite Bollycao, son una merienda sana: un bizcochito horneado al vapor que tiene el 50% del hierro recomendado para todo un día, un 26% de leche y que además colaboran con la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (una asociación con una gran reputación… nótese la ironía) como podéis comprobar que anuncian en su web.

¿Qué son realmente los Vap´s?

Como bien se describe en la denominación del producto, encima del listado de ingredientes, es un producto de pastelería. Los ingredientes aparecen por orden de cantidad de mayor a menor. Así que estos son sus ingredientes mayoritarios:

  1.  Huevo
  2.  Azúcar
  3.  Harina refinada
  4.  Agua
  5. Más azúcar
  6. Estabilizantes
  7. Chocolate blanco (con más azúcar)

Si miramos la composición nutricional, comprobamos que tienen un 29% de azúcares: 10,2 g de azúcares por cada pequeño bollito de 35 g (2,5 terrones de azúcar y es un bollito muy pequeño), es decir, que casi la tercera parte es azúcar, otra buena parte la compone harina refinada (sin ningún nutriente de interés) y lo único que podemos encontrar entre sus ingredientes con interés nutricional es el huevo.

Sin embargo, lo que destacan en la portada de la caja bien grande es lo siguiente:

  • 50% de Hierro del valor de referencia de nutrientes (VRN). Para obtener este 50% de hierro recomendado para todo un día contenido en 100g de Vap´s tendríamos que comernos 3 Unidades (cada unidad pesa 35g) y aportar  a su vez 30,6 g de azúcar (unos 7,5 terrones), lo que supera ya la cantidad máxima recomenda de azúcares para un niño. Entonces…Si para obtener esa cantidad de hierro tengo que comer esa cantidad de azúcar… ¿De qué me sirve que le hayan añadido hierro? Pues de nada. No es más que una estrategia para desviar la atención de valor nutricional real del producto.
  • 26% de leche *ver parte trasera del pack. Aquí viene la parte que más me ha llamado la atención. Se les ocurre la genial idea de destacar en la portada de la caja que un Vap (que pesa 35 g) tiene un 26% de leche, es decir, 8,7 g de leche por unidad. ¡Wow! ¡8 gramos de leche es un dato como para destacar en portada, no es ni una cucharada! Pero algo falla en mis cálculos y me decido a mirar qué pone en ese asterisco que nos dice que miremos la parte trasera del pack. Esto ya sí es rizar el rizo. Pues bien, como 9º ingrediente y formando parte de la composición del chocolate blanco nos pone que lleva un 1% de leche en polvo y como 12º ingrediente que lleva un 1,8% de leche desnatada en polvo ¿Y  donde está ese 26% de leche entonces? Pues nos dicen que si esa cantidad de leche en polvo  la reconstituyésemos con agua, supondría un 26% de la composición del producto.

¿En serio? ¿Esto es una broma? Señores de Bollycao…¿Pretendéis tomar por tontos a vuestros consumidores?

Si nos ceñimos a la realidad, lo que habría que destacar en la portada es “producto de pastelería con un 29% de azúcares y harina refinada”, una merienda basura como cualquier otra.

¡Que no te la cuelen! Aprende a mirar el etiquetado, que por cierto, debería estar regulado como comentaba en este post, para no permitir que estas cosas pasen.

“Solo estando bien informados, tomaremos decisiones verdaderamente libres”.

 

 

6 comentarios en «Consumidor: Te toman por tonto»

  1. Madre mía! Me parece increíble de verdad que tengamos esta industria en nuestro país. Sin gente como vosotros que nos filtra estas cosas , los ciudadanos de a pie vamos corriendo al súper y solo leemos la publicidad! Ellos lo saben y efectivamente nos la cuelan.increible. Gracias lidia por vuestra labor y por compartir estas cosas. La pena es… que esto no llega a la población. Sois un porcentaje ridiculo de gente denunciando esto con respecto a los colectivos q lo promueven para que caigamos. Una pena…desde luego mi hijo de 9 años ha perdido ya 4 kilitos en 2 meses solo dejando de consumir estas porquerias!!

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  2. No nos toman por tontos, es que lo somos. Para empezar, los cálculos y la lectura que has hecho para darte cuenta de lo del 26% de leche yo no soy capaz de hacerlos en el supermercado, mientras agarro el paquete con una mano y con la otra a mi hija dando saltitos para alcanzarlo, y eso que yo me considero una consumidora informada y además me manejo bien con las matemáticas. Para continuar, mi generación, nacida y criada en los años 70-80, es víctima del bombardeo publicitario al que sometieron a nuestras madres cuando éramos niños. Nos daban todo tipo de dulces y nos transmitieron no solo que en el desayuno y en la merienda había que comer bollos, galletas y productos con alto contenido en azúcar, sino que era lo mejor que nos podían dar. Yo de niña jamás he visto a nadie merendando una pieza de fruta, las meriendas que todos tomábamos eran pastelitos. Cuando hemos tenido hijos les hemos dado lo mismo que nos daban a nosotros, con el agravante de que les soltamos un zumo envasado “para que tomen algo de fruta”. Es ahora, cuando vemos a nuestros niños (¡y a nosotros mismos!) más gordos de lo que deberían estar, cuando estamos dándonos cuenta de que algo falla. Y nos preguntamos cómo puede ser esto, si nuestra dieta es baja en grasa, si lo cocinamos todo a la plancha o al vapor. Pues será que hacen poco deporte, nos respondemos, y apuntamos al niño a la piscina no sin antes meter en la mochila el paquete de galletas y el batido correspondientes.

    Para evitar ser tontos hay que aprender a interpretar las etiquetas, cosa que sin una formación previa es imposible, Hay que pararse a leerlas (¡rayos, me he dejado las gafas de leer en casa!), hay que entender lo que pone (¡niño, estáte quieto que tu madre está leyendo esta etiqueta y calculando cuántas porciones se pueden comer al día sin sobrepasar las recomendaciones de la OMS), ante la duda no llevarte el paquete a casa y luchar en casa de las abuelas para que no compren porquerías al niño, que ellas han criado a los suyos con estas cosas y mira lo bien que han salido.

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    • Me siento totalmente identificada con Estrella, yo no sé leer las etiquetas, es decir, llegar a la conclusión que has llegado tú de que apenas tiene una cucharada de leche…. y más cuándo haces la compra con ellos que ya es misión imposible.
      Y si en casa puedes controlarlo un poco esto en casa de los abuelos es imposible, lo viven como un drama, a ver que le van a dar al niño/a.
      Nos falta educación alimentaria a los padres para aprender nosotros en primera persona y luego enseñar a niños y abuelos/as, ti@s…
      Gracias por tu trabajo Lidia, os necesitamos!!!
      Un saludo,

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  3. Enhorabuena Lidia por este blog.
    Soy de la generación que vivió la transición del bocadillo a los bollycaos. Y aunque comíamos muchas porquerías, creo que eran de mejor calidad que las actuales – o quizá no nos permitían comer tantas, las madres todavía controlaban con mano dura lo que se podía comer y cuando-. En algún momento se empezaron a cambiar las grasas que se utilizan tanto en galletas como en bollería: antes estaban hechas con manteca, luego aparecieron las grasas hidrogenadas, la palma, etc. No se si esto es un hecho relevante pero me temo que algo de eso hay.
    Trabajo en un centro de salud, con adultos, y es difícil cambiar ideas y hábitos. Mientras sigan dando galletas en los hospitales, mucho vamos a tener que pelear…

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  4. Sigo sin entender en qué nos toman por tontos, no mienten en nada. Lo de la leche es completamente cierto, si es en polvo se cuenta como reconstituida.

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    • Destacan en portada “26% de leche” lo que da a entender que la cuarta parte de la composición del producto es leche. Lleva poco más de un 1% de leche en polvo, que si estuviera reconstituida el resto es agua. Pero no es el caso, el otro 25% no es agua, es azúcar, grasas de mala calidad y harina refinada, componentes mayoritarios del producto.
      ¿Es para destacar en portada 26% de leche cuando la leche supone un 1% de todos los ingredientes?

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